lunes, 20 de diciembre de 2010
La relevancia cultural de Guido Suller en Argentina.
Todo el mundo sabe que Tomasito no es el hijo de Guido Suller, ni sobrino, ni ahijado, ni criado. Bueno. Criado tal vez. Aunque la mayoría no tenemos la certeza, sabemos perfectamente qué es. Todos los que "conocemos" al mediático. Por la tele.
Cuando digo todos, me refiero desde una prostituta hasta una vieja de esas que no sabe qué es Sumo. Ni la banda, ni el deporte japonés, y que por ahí teje mientras mira estos programas de chusmeríos por la tarde. Probablemente la prostituta ni sepa quién es Marx tampoco. Ni el intelectual alemán ni el comediante estadounidense, pero al ser una profesional del sexo, adivino que distingue a la legua las inclinaciones sexuales de las personas. Y que aunque escuche su música esporádica o periódicamente en alguna radio "retro", probablemente tampoco conozca a Richard Marx. Solo pretendo referirme a dos extremos de personas que ven al azafato por la tele, más y menos capaces de reconocer (hablando mal y pronto) quién se la come y quién no. A unas les dá escalofríos y a otras le podría provocar ternura eso de la chechona.
Según mi juicio, este tipo de mediáticos, son caraduras admirables y hasta podría decir que además son grandes actores en varios casos. Teniendo en cuenta que saben lo mucho que el público no les cree tanto como lo que algunos sí, y teniendo en cuenta también lo mucho que son expuestos. Y es meritorio lo de los productores. Porque logran captar mucha atención. Desconozco sus intenciones y sus objetivos y creo que aunque se presenten como programas de periodismo del espectáculo ya hoy en día queda a nuestro juicio acatarlo o pensar que se trata de shows humorísticos de caracter bizarro.
Es tan obvio que están actuando, que los que se jactan de descubrir o sospechar que Guido se come a su supuesto hijo Tomasito quedan como verdaderos estúpidos. Tal vez se le pueda perdonar a esa vieja de ruleros cuyo intelecto se basa en frases hechas, lugares comunes y estereotipos. Pero no se le puede perdonar a una persona relativamente joven, con estudios secundarios completos o incompletos, universitarios o terciarios, cuyo intelecto se basa en lo mismo.
El fenómeno de los mediáticos será en el futuro, parámetro para desenmascarar a los hipócritas de hoy. Los que se hacen los giles en cuanto a asuntos trascendentales y no así en asuntos vanales del estilo peleas madiáticas de la televisión. Hay dos tipos de "está todo arreglado" hoy en día.
El bendito jarrón de Cóppola nos mostró al país entero cómo hacer desviar la atención a pelotudeces muy efectivas. Distracción. Pero todos sabemos que eso era ficción. Luego Zap con la conducción del tresarroyense Marcelo Polino llevó este movimiento a lo mas digno, si tenemos en cuenta que fué un show humorístico.
Son muchos años de prueba para distinguir qué está arreglado y qué no.
¿Quién no sabe que las peleas entre Jacobo Winograd y Guido Suller son ficticias?
¿Acaso alguien cree que alguien cree que el hijo de Guido Suller es su hijo o que Amigacho no puede pronunciar la "S"? ¿Acaso alguien cree que el marido de Adriana Aguirre es así como lo vemos, fuera de cámaras? Ni siquiera sabemos si alguna vez intentó imitar a Sandro realmente. Aunque sospecho que cuando no lo estan filmando sigue así. Ahí no sé qué pensar, lo reconozco. Por ahí puede llegar a ser un gran actor.
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